LA GUERRA HÍBRIDA, EL ENEMIGO INVISIBLE

Decía Sun Tzu (544-470 ac) "Si tu enemigo es superior evita enfrentarlo directamente, si está unido, sepáralo. Atácale cuando no esté preparado, aparece cuando no seas esperado".

 

Parece que estas palabras que ya tienen varios siglos de existencia, describen a la perfección cómo opera un enemigo que utilice la guerra híbrida. Podría ser perfectamente su definición práctica, aunque formalmente entendemos este concepto como aquella estrategia bélica en la cual se utilizan toda clase de medios y procedimientos ya sea la fuerza convencional o cualquier otro medio irregular como la insurgencia, el terrorismo, la migración, los recursos naturales e incluso otros más sofisticados mediante el empleo de las últimas tecnologías (guerra cibernética) con otros métodos de influencia como las noticias falsas, diplomacia, guerra jurídica e intervención electoral del extranjero y en las que la influencia sobre la población resulta vital. Curiosamente esta semana hemos asistido a la noticia que describía la anulación de la primera vuelta de las elecciones en Rumanía por sospechas de la injerencia rusa mediante el uso de las redes sociales. En España, sabemos que se investiga al separatismo catalán que presuntamente parece que recibió apoyo del Kremlin.

¿Por qué están siendo más evidentes este tipo de acciones híbridas teniendo como actor principal presuntamente a Rusia? Evidentemente estamos experimentando una actividad más frenética desde que comenzó la invasión a Ucrania 2.0, es decir la reciente. Entre las acciones que se pueden observar están las injerencias mediante el espionaje. los Estados europeos han expulsado a unos 500 diplomáticos rusos, de los que el servicio secreto británico MI5 considera espías al menos a 400. Incremento de ciberataques y sabotajes a empresas estratégicas. Desinformación y propaganda prorrusa en la que se intenta influir en las redes sociales y medios digitales para generar opinión favorable. Eso sin contar con ciertos "accidentes" en los que se suelen precipitar al vacío curiosamente los críticos con la invasión. Pero esto no solo viene de Rusia. Se tienen constancia de este tipo de prácticas de otros estados como China o Irán, pero que también los tenemos en occidente, no les quepa ninguna duda. Son técnicas herederas de la Guerra Fría (1945-1989) pero con más actores principales y muchos más medios desestabilizadores.

¿Cómo podemos combatir a este tipo de enemigo? No queda otra que adaptarse a este tipo de lucha y desde hace algunos años lo llevamos sufriendo. Se debe derrotar a una amenaza que está poniendo a prueba las características esenciales de los estados, sus ordenamientos jurídicos, opinión pública, libertades y sus fuerzas armadas. El perfil de los mandos y combatientes ha de evolucionar incluyendo necesariamente habilidades tecnológicas y analíticas. En definitiva, iniciar la transición a una vigilancia permanente apoyada en las nuevas armas cibernéticas, con el fin de evitar las mutaciones vertiginosas de las amenazas para garantizar la estabilidad y la paz.

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